¿Qué cambios físicos propios del embarazo influyen en el ejercicio físico?

Durante el embarazo las hormonas ensancharán los ligamentos de la mujer variando el comportamiento de su cuerpo, así que conviene no hacerse la valiente. El cuerpo dejará poco a poco de ser el que era y la mujer tendrá que adaptarte a él. Los ligamentos son bandas de tejido fibroso y flexible diseñados para unir los huesos y darles cierta flexibilidad. Al hincharse, los mecanismos de seguridad que ofrecen ya no son tan fiables, por lo que la mujer debe ser más cuidadosa para no estirarlos excesivamente. A continuación, señalamos algunos de los cambios físicos que puede notar la embarazada cuando haga ejercicio.

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Ligamentos. Por efecto de los cambios hormonales, durante el embarazo los ligamentos (bandas de tejido fibroso que se encuentran a nivel de las articulaciones manteniendo unidos los huesos que las forman dándoles estabilidad) aumentan su laxitud. Este aumento de laxitud (o hiperlaxitud articular) conduce a un aumento de la flexibilidad en las articulaciones produciendo la aparición de inestabilidad. Por este motivo, es necesario controlar la intensidad de los estiramientos y evitar movimientos bruscos de las articulaciones, para evitar así lesiones en los ligamentos o caídas.

Respiración. Durante el embarazo, la frecuencia respiratoria se incrementa de forma basal, ya que el cuerpo debe obtener una mayor cantidad de oxígeno para poder abastecer tanto a la madre como al bebé. Cuando la madre realiza un aumento de la actividad física, se produce un aumento del consumo de oxígeno y, por ese motivo, se debe incrementar todavía más la frecuencia de la respiración, pudiendo causar una sensación de falta de aliento y de menor resistencia física.

Musculo-esquelético. Debido al incremento de peso en la barriga y al aumento de la laxitud de los músculos de la espalda, se produce un cambio en el centro de gravedad de la mujer embarazada. Para poder compensar este cambio, se produce un cambio en la postura de la embarazada, con un aumento de la curvatura lumbar o hiperlordosis. A pesar de esta compensación, existe un riesgo de caídas aumentado.

Metabolismo. A lo largo de la gestación, el cuerpo usa los carbohidratos más rápidamente de forma basal. Cuando la madre realiza un aumento de la actividad física, se produce un aumento brusco del consumo de glucosa, pudiendo causar una bajada de azúcar.

Cardiovascular. Durante el embarazo, existe un aumento de la frecuencia cardiaca y del volumen de sangre con el objetivo de transportar mayor cantidad de oxígeno y nutrientes, ya que existe un aumento del consumo de ambos. Así, de forma basal, el corazón late mucho más rápido (15 latidos por minuto por encima de la frecuencia normal) y tiene que mover mucha más sangre (un 40% más del volumen normal). Cuando la madre realiza un aumento de la actividad física, se produce un aumento de ambos para aportar una cantidad extra de oxígeno y nutrientes que puede ser percibido como una sensación de aceleración del corazón y de menor resistencia física

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