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6 recomendaciones preconcepcionales para reducir el riesgo de parto prematuro

Es posible reducir el riesgo de que nuestro hijo nazca antes de tiempo. Seguir unos hábitos de vida saludables y una serie de recomendaciones preconcepcionales (es decir, antes de quedarse embarazada) pueden disminuir el riesgo de parto prematuro. Nos lo cuenta Teresa Cobo, especialista en Prematuridad de BCNatal e investigadora en Fetal i+D, en 6 puntos clave.

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1. Esperar entre 9 meses y un año para volver a quedarse embarazada.

Es uno de los factores más importantes de prevención. Hay evidencia científica que demuestra que un intervalo de tiempo corto entre embarazos, es decir el periodo intergenésico, incrementa el riesgo de complicaciones durante la gestación, entre otras la de parto prematuro. Por eso se recomienda no volver a quedarse embarazada hasta, como mínimo, un año después de haber tenido un hijo prematuro. Concretamente, según un estudio americano,  el tiempo mínimo para tener el siguiente bebé es de 18 meses, y el máximo 5 años. Lo explicamos en esta noticia científica

2. Evitar el tabaco y otros tóxicos antes o en cualquier momento del embarazo.

Está demostrado que dejar de fumar reduce el riesgo de prematuridad así como el de presentar un recién nacido con bajo peso al nacer. Además, fumar tabaco u otros tóxicos (como cannabis o cocaína) aumenta el riesgo de retraso de crecimiento intrauterino y de prematuridad. Lo explica detalladamente Eduard Gratacós, especialista en medicina maternofetal de BCNatal, en esta editorial en la que quedan claros los efectos dañinos de la nicotina en la concepción y el embarazo.

3. Corregir la anemia.

Es muy importante mantener unos niveles correctos de hierro ya que la anemia detectada en el primer y el segundo trimestre del embarazo incrementa el riesgo de parto prematuro. No obstante, aconsejaremos un suplemento con hierro sólo en caso de anemia.

4. Tomar suplementos de ácidos grasos omega-3.

En general es saludable recomendar una dieta baja en grasas y rica en ácidos grasos omega 3, presentes en el aceite de oliva y el pescado azul, así como insistir en el consumo de frutas y verduras. En caso de déficit nutricional, existen preparados comerciales que contienen suplementos de ácidos grasos omega-3. Por su efecto anti-inflamatorio podría estar recomendado en mujeres con un antecedente de prematuridad.

5. Consumir alimentos probióticos.

El consumo de lácteos ricos en probióticos podría reducir el riesgo de parto prematuro, por su acción sobre la flora vaginal y la prevención de la vaginosis bacteriana. A la espera de una mayor evidencia científica, el uso de preparados con probióticos orales se aconseja únicamente en aquellas mujeres con un mayor riesgo de infecciones.

6. La evaluación inicial en Unidades médicas especializadas.

Ponerse en manos de especialistas médicos en prematuridad puede reducir el riesgo de prematuridad en la siguiente gestación. Esta evaluación inicial permitirá valorar el riesgo de repetir el cuadro clínico, individualizando el seguimiento obstétrico, pero sin perder el contacto con el centro de referencia si es necesario.

 

 

 

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