¿Podemos cambiar la salud del feto a través del estilo de vida de la madre?

Seguir una dieta mediterránea o realizar mindfulness en el embarazo reduce un tercio el riesgo de tener un bebé con bajo peso al nacer. IMPACT BCN, una investigación inédita, demuestra que sin fármacos, solo modificando la forma de comer y actuar de la embarazada, se puede cambiar la salud del feto. Nos lo cuenta Francesca Crovetto, especialista en medicina maternofetal en BCNatal.

IMPACT

¿Cómo surge IMPACT BCN?

El estudio IMPACT BCN (Improving Mother for a better PrenAtal Care Trial) nace de un sueño, o mejor dicho, de una idea muy arriesgada, una “locura” casi: “¿podemos realmente cambiar la salud del feto a través del estilo de vida de la madre? ¿Por qué no lo utilizamos como una medicina?”. Esta es la pregunta que se hizo Eduard Gratacós la primavera del 2016.

Eduard Gratacós, fundador de unos de los centros de investigación en medicina maternofetal más grande del mundo, es uno de los obstetras de referencia internacional por sus estudios sobre los fetos con retraso de crecimiento, aquellos que nacen con bajo peso. Estos bebés representan el 10% de todos los embarazos: aproximadamente más de 500.000 recién nacidos anualmente en Europa, y unos 35.000 en España.

Desde BCNatal Research hemos realizado muchos estudios, algunos de ellos publicados en revistas internacionales de gran prestigio, para analizar las causas y consecuencias de estos fetos: aumento del riesgo de sufrir una complicación durante el embarazo o en el parto, de riesgo cardiovascular en la infancia y la vida adulta, y más dificultades con la lactancia materna, el lenguaje, el aprendizaje etc.

A pesar de todos estos descubrimientos, ¿qué podíamos ofrecer a estos padres como terapia? Muchas embarazadas lo preguntaban en la consulta y no teníamos respuesta para ellas. No les podíamos ofrecer nada.

¿El estilo de vida de la madre podría aplicarse como una medicina?

Sabíamos que algunas cosas no dependen ni de nosotros ni de las madres: la genética, las infecciones, las malformaciones… Pero también sabíamos que algunas quizá sí que se podían modificar: la dieta, por ejemplo, que no siempre era óptima en estas madres, y el nivel de estrés, que siempre era muy elevado.

Empezamos a intuir que si las embarazadas tuviesen mejor salud, quizá los fetos notarían alguna mejoría. A primera vista, es un concepto que parece muy lógico: ¡si la mamá está mejor el feto probablemente lo note! Pero en ciencia nada está claro hasta que se demuestra.

En 2016 decidimos, pues, demostrar esa hipótesis, dando un paso adelante: montando un ensayo clínico para intentar contestar a esta pregunta tan “fácil” y “lógica”: ¿podemos mejorar el estilo de vida de la madre y utilizarlo como una medicina?

¿En qué consistió el estudio?

Así nació IMPACT Barcelona, un ensayo clínico realizado a lo largo de 3 años (2017-2020) de más de 1.200 mujeres embarazadas con alto riesgo de tener un bebé pequeño y que al azar fueron divididas en tres grupos:

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    GRUPO DE DIETA MEDITERRÁNEA.

    Pretendíamos mejorar el patrón alimentario de la embarazada. Pensamos que, siendo un país mediterráneo, ya comemos bien. Pero la verdad es que no es siempre así, porque no es fácil saber como hacerlo. Y hay tanta información que nos perdemos. Montamos entonces esta intervención haciendo que las embarazadas acudiesen a visitas mensuales individuales con una nutricionista para cambiar el patrón de la dieta y adaptarlo a la dieta mediterránea óptima.

    ¿Cómo? Incorporando más fruta y verdura, carne blanca, pescado azul, lácteos, legumbres, cereales integrales, etc. Además, se les proporcionó de forma gratuita productos altos en omega-3: aceite de oliva virgen extra y nueces. Era una intervención muy personalizada y enfocada a ayudar a cada participante con consejos muy prácticos: recetas, listas de la compra, menús...

    GRUPO MINDFULNESS.

    Pretendíamos reducir el nivel de estrés de la embarazada. El embarazo visto desde fuera parece una época muy bonita de nuestra vida, pero ¿realmente lo es? No siempre. Hay muchos factores que generan ansiedad: no saber cómo irá el embarazo y el parto, si nuestro bebé estará bien, cómo será la vida con él, cómo seremos como madres o cómo cambiará la relación con nuestra pareja y nuestro trabajo.

    Creamos esta intervención siguiendo el programa MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction) de reducción del estrés basado en técnicas de Mindfulness, desarrollado por la Universidad de Massachusetts, y que adaptamos al embarazo. Concretamente, se formaban grupos de 20-25 mujeres que acudían semanalmente durante 8 semanas a este curso, además de una jornada entera de retiro. Durante las clases, la instructora hacía una meditación, una práctica de yoga, daba herramientas para gestionar emociones, sentimientos etc. intentando focalizarse en el presente, ayudando nuestra mente a no ir al pasado ni al futuro, a desconectar del piloto automático que muchas veces ponemos en marcha.

    GRUPO CONTROL.

    No se realizó ninguna intervención específica, se hizo un seguimiento habitual del embarazo.

Los efectos del estilo de vida en el embarazo: resultados

El estudio ha demostrado, por primera vez en el mundo que, cuando se utiliza de forma estructurada y guiada una intervención basada en la dieta mediterránea o se hace mindfulness durante el embarazo, se reduce el porcentaje de bajo peso fetal y también algunas complicaciones de la gestación, como la preeclampsia o la muerte perinatal.

En concreto, las embarazadas del grupo control tuvieron un 21,9% de bebés con bajo peso, reduciendo este porcentaje de manera significativa en los grupos de dieta mediterránea (14%) y de mindfulness (15,6%). Esto significa una reducción del 29-36% del porcentaje de bebés pequeños.

Es importante recordar que hasta ahora no teníamos ningún tratamiento para mejorar el crecimiento fetal y, por tanto, es un resultado muy novedoso, relevante y prometedor.

Sin fármacos, solo con dieta y mindfulness

Los resultados del estudio han sido publicados en la prestigiosa revista JAMA, lo que le ha sumado relevancia, ya que son muy pocas las investigaciones que selecciona una revista científica de esta categoría y ha pasado muchos controles de calidad antes de su publicación. Pero, lo más valioso de este estudio, es que ahora sí podemos considerar el estilo de vida materno como una “medicina”: ¡sí que podemos ofrecerles una posible solución a nuestras embarazadas!

Demostrar que podemos prevenir el bajo peso al nacer sin fármacos, simplemente modificando la forma de comer y actuar de la embarazada es pionero y revolucionario. Que nuestras embarazadas sepan que pueden hacer algo para su bebé les empodera. No olvidemos, claro, que estas intervenciones no son milagrosas y no siempre van a funcionar, pero muchas veces sí.

IMPACT representa una visión de la medicina más moderna, disruptiva, donde el paciente realmente puede influir en su salud. IMPACT no es un punto de llegada, si no de salida.

Por Francesca Crovetto, una de las principales autoras del estudio, especialista en medicina maternofetal en BCNatal (Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona).

 

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