Tuve una preeclampsia en mi anterior embarazo, ¿se podría repetir?

La preeclampsia grave y precoz ocurre en uno de cada 200 embarazos y tiene importantes consecuencias para madre y bebé. Para la madre, supone riesgo de complicaciones renales y cardiovasculares a largo plazo, de estrés post-traumático, depresión posparto y trastornos del vínculo. Elisa Llurba, directora de Obstetricia y Ginecología de Sant Pau, aclara dudas sobre esta complicación.

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¿Qué supone padecer preeclampsia en el embarazo? El caso de Mariela

Mariela tuvo una preeclampsia muy grave con síndrome de HELLP a las 26 semanas de gestación. Ingresó en la unidad de curas semi-intensivas obstétricas para intentar ganar unos días para su bebé, Imane. Sin embargo, tan solo consiguieron alargar 6 días más el embarazo. La condición de Mariela y de su bebé empeoró mucho. Mariela tenía mucho dolor de cabeza, veía borroso y su hígado mostraba signos de inflamación grave. Además, Imane no recibía suficiente sangre y la placenta se desprendió.

Los médicos corrieron a realizar una cesárea. Imane salió con vida, pero a los 35 días de vida no resistió más y murió a consecuencia de las complicaciones de la prematuridad. Mariela tuvo muchas complicaciones tras el parto, con hemorragia y múltiples transfusiones de sangre. Su vida también corrió peligro y estuvo en la UCI varios días. Consiguió recuperarse físicamente, pero no anímicamente. Han pasado dos años y todavía esta traumatizada y tiene mucho miedo a una nueva gestación.

¿Qué consecuencias tiene sufrir una preeclampsia grave?

Los casos tan grave como los de Mariela son excepcionales; ocurre una preeclampsia grave y precoz en 1 de cada 200 embarazos. Aunque en la mayoría de ocasiones se logra salvar a madre y criatura, las secuelas tanto de la mujer como del bebé son importantes. A nivel materno, las mujeres con preeclampsia precoz tienen mayor riesgo de complicaciones renales y cardiovasculares a largo plazo.

Además, la gran mayoría tienen un estrés post-traumático similar al que sufren las personas que pasan por catástrofes naturales, guerras, accidentes de tráfico y tienen mayor riesgo de sufrir depresión postparto y trastornos del vínculo. Un porcentaje importante no vuelve a ser madre por el miedo a una nueva gestación.

¿Cuál es el riesgo de volver a sufrir una nueva preeclampsia?

Todas las mujeres que han presentado alguna complicación relacionada con la hipertensión en el embarazo, deben recibir consejo pre-concepcional para el manejo de las futuras gestaciones. El riesgo de volver a repetir una preeclampsia depende del momento en que se produjo la anterior. Si la preeclampsia determinó un parto antes de las 28 semanas, como en el caso de Mariela, el riesgo de que vuelva a suceder en un próximo embarazo es del 55%. En cambio, si el parto tuvo lugar entre las 28 y las 34 semanas, el riesgo es del 25%. Si la preeclampsia ocurrió entre las 34 y a término, el riesgo de recurrencia del 16%.

Tan sólo un 5% de los casos la preeclampsia se presenta de forma tan grave como en la primera gestación. En la gran mayoría de casos suele debutar más tarde y, por tanto, tiene mejor pronóstico para madre y criatura.

Tras una preeclampsia, ¿qué pruebas necesito antes de una nueva gestación?

Se recomienda realizar un estudio de la tensión arterial para comprobar si a causa de la preeclampsia existe hipertensión arterial. También conviene realizar un estudio del riñón para comprobar que no existen sequelas a este nivel. En un 10% de los casos, la preeclampsia ocurren en contexto de enfermedad autoinmune llamada síndrome antifosfolípido. Este síndrome se asocia con episodios de trombosis y con complicaciones de la gestación. Su diagnóstico consiste en realizar una determinación en sangre de los anticuerpos antifosfolípidos.

Además, en una proporción pequeña de mujeres pueden tener una trombofilia, alteraciones de la coagulación de la sangre que predisponen a preeclampsia y otras complicaciones y que puede ser de utilidad evaluar también con una analítica.

¿Se puede hacer algo para evitar que la preeclampsia vuelva ocurrir?

Hoy en día se ha demostrado que el tratamiento con aspirina a bajas dosis (150 mgr una vez al día por la noche) desde las 12 semanas de gestación y hasta las 36.6 reduce un 82% el riesgo de preeclampsia que ocurre antes de las 32 semanas. Es decir, si Mariela en un próximo embarazo toma aspirina, su riesgo que estaba en un 55% se reduce de forma muy importante. Y si vuelve a presentar preeclampsia, probablemente será mucho más tarde en el embarazo y menos grave.

Además, estudios recientes apuntan que pacientes de riesgo, como Mariela, se podrían beneficiar de combinar heparina (un anticoagulante que se administra de manera subcutánea a dosis bajas) y aspirina a dosis bajas desde el principio de la gestación. Eso disminuiría aún más la posibilidad de una preeclampsia grave y precoz en una siguiente gestación.

Es muy importante que esta nueva gestación sea controlada por un especialista en medicina maternofetal para detectar de forma precoz cualquier signo o síntoma de la enfermedad. Se debe monitorizar la tensión arterial, la función renal, los niveles de factores angiogénicos en sangre materna así como el crecimiento fetal y la función placentaria. Finalmente, aconsejar un seguimiento por un psicólogo/a experto/a en salud mental perinatal para tratar y cuidar los aspectos de ansiedad y miedo que conlleva esta nueva gestación.

Por Elisa llurba, Responsable de Ginecología y Obstetricia y especialista en medicina maternofetal del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, Barcelona

 

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