Semana 18
de embarazo
Cambios en el feto: Ya hace muecas y escucha sonidos
¿CUÁNTO MIDE Y PESA EL FETO? Mide entre 13 y 14 cm y pesa 150 gramos.
Debido al desarrollo de la musculatura de la cara, el feto puede hacer muecas e incluso bostezar. Sus cuerdas vocales también están desarrolladas así como los huesos del oído interno junto con las terminales nerviosas que lo conectan con el cerebro, así que puede empezar a escuchar sonidos.
El corazón está dividido en cuatro cámaras (dos aurículas y dos ventrículos) y cuatro válvulas (tricúspide, mitral, aortica y pulmonar). Parte de la sangre de la aurícula derecha pasa directamente a la aurícula izquierda a través de un agujero llamado el foramen oval, evitando así el paso de esa sangre por los pulmones. En el momento del nacimiento, este agujero se cierra.
Los pies y las piernas están moldeados. En su interior se visualizan sombras oscuras que corresponden a los centros de osificación. Es decir, las porciones cartilaginosas que hasta el momento han formado el esqueleto del feto, se transforman en tejido óseo. Estos centros de osificación crecen hacia los extremos de los huesos y el cartílago también crece al mismo tiempo.
El feto es de más tamaño y su musculatura es más fuerte. Los movimientos del feto cada vez son más frecuentes y la madre suele empezar a notarlos a partir de la semana 18.
Vídeo
¿Qué sucede la semana 18?
Cambios en la madre
Síntomas: Varices y estreñimiento
El útero llega dos dedos por debajo del ombligo y habitualmente, la embarazada ha ganado unos 4 o 5 kg de peso. El aumento del tamaño de útero y las hormonas del embarazo condicionan una mayor dilatación de los vasos sanguíneos de la madre, siendo frecuente la aparición de pequeñas varices en las piernas, así como de arañas vasculares (dilataciones de pequeñas venas que se ven como manchas rojizas en la piel en forma de araña); habitualmente suelen disminuir en el posparto pero pueden no desaparecer completamente
También es normal que la gestante orine con mayor frecuencia, e incluso tenga que levantarse por la noche; esto es debido a la compresión del útero sobre la vejiga. Las hormonas del embarazo combinadas con el aumento del tamaño del útero (que comprime a los intestinos) pueden enlentecer la digestión y dificultar el vaciamiento de los intestinos. Por este motivo es frecuente el estreñimiento.
El estreñimiento además, puede favorecer la aparición de hemorroides que están relacionadas con el aumento de presión en las venas rectales. La compresión del útero sobre el retorno venoso y la disminución del tono de la pared venosa debido a la progesterona son otras causas de hemorroides durante el embarazo. La defecación puede ser insoportable llegando a producirse sangrados escasos. Para ello se aconseja evitar el estreñimiento con una dieta rica en líquidos, vegetales y fibra, baños de asiento con agua fría y sal gorda y la utilización de pomadas locales con antiinflamatorios y anestésicos para aliviar el dolor. Un remedio casero es empapar una compresa con agua de hervir la hierba llamada hamamelis y aplicarla localmente sobre el ano.
Es habitual tener más apetito, ya que los requerimientos del bebé y la placenta son mayores. Se recomienda una alimentación variada, rica en frutas y verduras, y fraccionando las ingestas para no llegar “hambrienta” la siguiente comida: un desayuno completo al levantarse, una pieza de fruta o yogurt a media mañana, comida, merienda, cena y un vaso de leche o yogurt antes de ir a dormir.
A partir de la semana 18, ya es habitual empezar a notar los movimientos del feto, primero como pequeños “retortijones” o “mariposas” en el abdomen y después poco a poco se van identificando mejor las patadas y movimientos del bebé. Aunque es habitual ya notar estos movimientos, algunas embarazadas no lo notarán hasta las 20-22 semanas, siendo esto también normal.
En una ecografía ya se visualizarían las cuatro cámaras cardiacas y mediante un ecografía doppler se podría ver el recorrido de todos los vasos sanguíneos del cuerpo del bebé.
Control del embarazo
Pruebas diagnósticas: Esperando la ecografía morfológica
Aunque la edad óptima para realizar la ecografía morfológica son las 20-22 semanas, a las 18 semanas la anatomía del bebé ya está casi completa y, si fuera necesario, podría ya comprobarse el correcto desarrollo de las principales estructuras del bebé, como el corazón, riñones, cerebro, hígado, columna, genitales, etc.
En una ecografía ya se visualizarían las cuatro cámaras cardiacas y mediante un ecografía doppler se podría ver el recorrido de todos los vasos sanguíneos del cuerpo del bebé. Podemos ver también cómo se chupa el dedo, cómo bosteza e incluso cómo sonríe.