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Semana 17

de embarazo

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Cambios en el feto:

Vérmix caseoso, la piel bien protegida

¿CUÁNTO MIDE Y PESA EL FETO? Mide entre 12 y 13 cm y pesa unos 100-110 gramos.

El aspecto del feto cada vez se va pareciendo más al de un recién nacido. A parte del vello que recubre la piel del feto, empieza a aparecer una sustancia grasa y blanquecina llamada vérnix caseoso que protege su piel y que se mantendrá hasta el final del embarazo. También se inicia la aparición del tejido adiposo, que será muy importante en el recién nacido para mantener el calor corporal y regular el metabolismo del organismo. El agua constituye un tercio de su cuerpo. El oído ya está bastante desarrollado y el feto puede notar ruidos fuertes que provengan del exterior.

Los cartílagos están acumulando calcio para ir convirtiéndose en huesos. Por eso es importante asegurar que la madre haga una adecuada ingesta de calcio, incluyendo en la dieta alimentos ricos en calcio como la leche, yogures o queso.

La posición habitual es semiflexionada con las manos a la altura de la barbilla y los pies cruzados por debajo de la salida del cordón umbilical. Pasa ratos dormido, y otros despierto en los que sus movimientos cada vez son más fuertes. La placenta también continua con su desarrollo, permitiendo recoger nutrientes y oxígeno de la circulación de la madre para alimentar correctamente al bebé y también eliminar los productos de desecho del feto.

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¿Qué sucede la semana 17?

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Cambios en la madre

Síntomas: Posibles calambres

En la semana 17 de embarazo, la parte baja del abdomen ya se nota agrandada e hinchada y se ha perdido la cintura, por lo que los pantalones de embarazada, aunque quizá queden un poco grandes, serán una buena solución para estar cómoda.

El útero mide entre 4 y 5 cm y cada vez su forma es más ovalada, desplazando hacia arriba las asas intestinales. A partir de ahora, es decir, en la segunda mitad del embarazo, son frecuentes los calambres en piernas y manos, que pueden llegar a despertar a la embarazada cuando está durmiendo. En las piernas estas molestias son debidas a la compresión de los nervios por el crecimiento del útero, al empeoramiento en la circulación sanguínea, al incremento progresivo de la retención de líquido y a una disminución del potasio y del calcio. Por eso, cuando aparezca el dolor, es importante tumbarse de lado y descansar.

También es habitual notar un aumento del tamaño de los pechos. Las hormonas están preparando los pechos para la producción de leche; la irrigación de sangre hacia las mamas es mayor y las glándulas que producen leche crecen y se preparan para amamantar. Por eso es que el tamaño de sus pechos aumenta (puede incluso aumentar uno o dos números el tamaño de las copas del sostén) haciendo que las venas sean visibles. Se aconseja usar sostenes de tamaño adecuado para que se adapten bien a los pechos.

Aunque el bebé cada vez se mueva más frecuentemente y sus movimientos sean más fuertes, raras veces la embarazada nota los movimientos.

semana17 amniocentesis

Cuando el screening bioquímico (del que hemos hablado en semanas anteriores) da un riesgo elevado de cromosomopatías se recomienda realizar una amniocentesis.

Control del embarazo

Pruebas diagnósticas: A la espera de la próxima ecografía

No hay pruebas relevantes por el momento. La siguiente prueba importante será la ecografía morfológica, que se recomienda hacer a partir de las 20 semanas.

Sin embargo, cuando el cribado de primer o segundo trimestre para síndrome de Down o anomalías cromosómicas (del que hemos hablado en semanas anteriores) da un riesgo elevado de cromosomopatías se puede realizar una amniocentesis. También está indicada si existe una malformación detectada por ecografía o se sospecha alguna anomalía genética o infección fetal.

La amniocentesis se puede realizar en cualquier momento del embarazo, pero siempre a partir de las semanas 16 o 17 cuando las membranas ya están bien enganchadas a la pared uterina. Consiste en la extracción de líquido amniótico (unos 15 ml) bajo control ecográfico a través de una aguja fina que se introduce en el abdomen llegando hasta dentro del útero. La prueba dura unos minutos, pero después se suele aconsejar unas 24-48 horas de reposo relativo.

En el líquido amniótico existen células fetales procedentes de la descamación de la piel y las vías urinarias del bebé, que se analizan mediante diversas técnicas genéticas para determinar si el bebé tiene síndrome de Down o otros problemas genéticos. Además de diagnosticar posibles alteraciones cromosómicas, la amniocentesis puede servir para diagnosticar posibles infecciones del feto como citomegalovirus, parvovirus, toxoplasmosis o rubeóla.

La amniocentesis es una prueba relativamente segura a partir de la semana 17, aunque puede desencadenar una pérdida de la gestación (aborto) o una rotura prematura de membranas en una pequeña proporción de casos (menor al 1%)


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