¿A qué se refiere el término violencia obstétrica? Verdades y mentiras
En los servicios de salud reproductiva, el concepto “atención no respetuosa de la mujer” está reconocido por la OMS como un problema de salud, especialmente cuando se refiere a la atención al parto. Pero, ¿qué significa violencia obstétrica? ¿Lo son la cesárea y la episotomía per se? Nos lo cuenta Elisa Llurba, directora de Ginecología y Obstetricia de Hospital Sant Pau de Barcelona.
¿Qué significa “violencia obstétrica”?
Según este informe de la OMS de 2014, Prevención y erradicación de la falta de respeto y el maltrato durante la atención del parto en centros de salud, investigaciones realizadas sobre las experiencias de las mujeres en el embarazo y, en particular, en el parto, demuestran que sufren formas de maltrato que, aunque no son procedimientos deliberados de violencia, pueden constituir actos u omisiones que pueden vivirse como actos de violencia.
El informe pone de relieve circunstancias que se dan especialmente en países en vías de desarrollo, como la esterilización sin consentimiento, no poder acceder a la interrupción del embarazo o la falta de atención médica especializada para asegurar el bienestar de madre y bebé en el parto –como no tener acceso a una cesárea cuando es necesaria–.
Sin embargo, este término se está utilizando en el contexto de sistemas de salud desarrollados, donde el concepto de violencia obstétrica es más difícil de reconocer y definir. Es, por tanto, necesario un diálogo y reconocimiento por parte de los profesionales acerca de las situaciones que pueden llevar a considerarse maltrato o violencia en nuestro ámbito. Este ejercicio de responsabilidad es importante, ya que el uso de violencia para referirse a prácticas obstétricas necesarias puede llevar a una desconfianza que podría dificultar la relación entre profesionales y familias.
¿Cuándo empiezan a surgir los casos de violencia obstétrica?
En el momento en que se trasladó la atención al parto del hogar a los centros de salud, a mediados del siglo XX, disminuyó drásticamente la mortalidad materna y de los recién nacidos. A pesar de la clara ventaja que supone este tipo de atención, ha dado lugar, de forma inevitable, a una medicalización de la asistencia. En algunos casos, esta medicalización puede ser excesiva y puede ser percibida por la mujer como una falta de respeto hacia su autonomía y privacidad.
¿Existe un consenso que defina una atención materna respetuosa?
El reto de la medicina moderna es asegurar la mejor asistencia a la madre y al recién nacido manteniendo la atención respetuosa, que proteja la fisiología del parto y la vinculación del bebé y la familia. En este sentido, existe consenso sobre los criterios que definen una atención materna respetuosa (Respectful care during childbirth in health facilities globally: a qualitative evidence synthesis):
- Atención libre de daños y maltrato
- Garantizar la privacidad y confidencialidad
- Preservar la dignidad de la mujer
- Facilitar de antemano la información y búsqueda de consentimiento informado
- Mantener el acceso al apoyo familiar y comunitario
- Garantizar la calidad del entorno físico y los recursos sanitarios
- Prestación de atención de maternidad equitativa independiente de raza, origen, nivel socioeconómico
- Comprometerse con una comunicación efectiva
- Respetar las decisiones de las mujeres que fortalecen su autonomía
- Disponibilidad de recursos humanos competentes y motivados
- Acceso a una atención eficiente y efectiva
- Continuidad de la atención
¿Cómo saber si he recibido un trato adecuado?
Cuando una mujer siente que alguna de las 12 premisas no se ha cumplido, podría estar delante de una situación de falta de respeto al parto. Es una definición tanto objetiva (por ejemplo, se ha realizado una práctica obstétrica sin consentimiento por parte de la mujer) como subjetiva (por ejemplo, la persona no se ha sentido reconocida o respetada en cuanto a sus decisiones).
En ocasiones, no se ha realizado ninguna práctica inadecuada, pero la mujer, en un momento de especial vulnerabilidad como es el parto, se siente intimidada. Esto es más frecuente en mujeres que han sufrido maltrato o abusos sexuales previamente.
¿Son la cesárea y la episiotomía claros ejemplos de violencia obstétrica?
Depende. La cesárea es una intervención obstétrica que ha demostrado disminuir la mortalidad materna y fetal cuando está indicada. De hecho, la OMS sitúa la tasa de cesáreas adecuada entorno al 15%. Es importante tener en cuenta que esta recomendación se hace teniendo en cuenta que en muchos países madre e hijo mueren por no tener acceso a una cesárea y se basa en cifras de países en las que las mujeres tienen unas circunstancias diferentes a los países desarrollados. Por tanto, la práctica de una cesárea, siempre que se realice de forma justificada y previo consentimiento por parte de la madre, no se trata de una práctica no respetuosa.
Sin embargo, la realización de una cesárea sin estar justificada medicamente y sin consentimiento por parte de la mujer si que se podría justificar como trato no respetuoso. En nuestro medio, una tasa global de cesárea entorno al 22% se considera adecuada.
Por la misma razón, si la episiotomía se justifica por un criterio obstétrico y se ha podido consensuar con la mujer para evitar un desgarro mayor, sería considerado buena práctica. Si se realiza de forma sistemática y sin consentimiento, se podría considerar como una práctica no respetuosa.
¿Cómo se pueden prevenir problemas relacionados con un parto no respetado?
Hablar de estas situaciones y ser capaces de mantener un diálogo al respecto ya es un avance. Sin embargo, no hay una estrategia clara ni una manera de registrar los casos de partos no respetados, lo que dificulta la capacidad para prevenirlos.
En muchos países, existe un documento de consenso hacia las prácticas para la atención de la gestación y el parto que ya recogen este concepto y que facilitan la toma de decisiones compartidas entre los profesionales y las mujeres. En este sentido, un plan de parto consensuado entre el profesional y la mujer facilita la comunicación y el consenso de la voluntad de la madre y las prácticas seguras o recomendadas.
¿Que puedo hacer si creo que he sufrido una práctica poco respetuosa en el parto?
En primer lugar, solicitar por escrito al hospital que ha atendido al parto una explicación de lo que considera una práctica poco respetuosa. Este hecho ofrecerá una explicación que puede ser entendida y aceptada, lo que permitirá restablecer la confianza.
Si, a pesar de ello, sigues pensando que la asistencia recibida dio lugar a un trauma, debes ponerte en manos de un profesional que te ayude a superar el llamado trauma obstétrico.
El trauma obstétrico es un tipo de estrés post-traumático, como los que sufren las personas que han pasado por un evento de riesgo vital (catástrofes naturales, accidentes de tráfico, etc) y está relacionado con un mayor riesgo de depresión postparto y malas experiencias en embarazos posteriores. Es por estos motivos que debe ser tratado por una unidad de salud mental perinatal experta en este tipo de patología.
Por Elisa Llurba, directora de Ginecología y Obstetricia de Hospital Sant Pau de Barcelona
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