Screening de preeclampsia en primer trimestre: ¿qué es y por qué todas las embarazadas deberían hacérselo?

La preeclampsia es una enfermedad del embarazo que consiste en tensión alta y alteraciones en diversos órganos del cuerpo que puede condicionar también la salud del bebé. Un screening o cribado de esta complicación en primer trimestre permite identificar aquellas pacientes con riesgo de desarrollarla y así tratarlas de forma individualizada. Nos lo cuenta Cristina Trilla, especialista en medicina maternofetal del Hospital Sant Pau, de Barcelona.

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¿Por qué es importante predecir la preeclampsia?

La preeclampsia es una enfermedad del embarazo que consiste en tensión alta y alteraciones en diversos órganos del cuerpo que puede condicionar también la salud del bebé y afecta aproximadamente a un 3-4% de las embarazadas.

La causa exacta de la enfermedad es desconocida. Sin embargo, sabemos se produce por un problema en el momento de la formación placentaria con una disminución del desarrollo de los vasos placentarios y por tanto del aporte de oxígeno y nutrientes a la placenta y posteriomente al bebé en crecimiento.

Las consecuencias de esta insuficiente perfusión placentaria se observan más tarde, en la segunda mitad del embarazo, en forma de preeclampsia o disminución del potencial de crecimiento del bebé, lo que puede dar lugar a complicaciones graves tanto en la madre como en el bebé.

¿Qué es el screening de preeclampsia en primer trimestre y cómo se hace?

Un screening o cribado es un proceso que nos permite identificar pacientes con riesgo de desarrollar una determinada enfermedad. En el caso de la preeclampsia, lo más aconsejado es realizar el cribado en el primer trimestre, al mismo tiempo que realizamos el cribado de otras patologías como el síndrome de Down. Así, el cribado de preeclampsia se puede integrar de forma sencilla en las consultas prenatales habituales.

El cribado de preeclampsia es un test sencillo que se basa en una combinación de diversas variables, que incluyen las características maternas, la tensión arterial, las determinaciones hormonales de la analítica del primer trimestre, el Doppler de las arterias uterinas y, en algunos casos, unos marcadores angiogénicos que nos indican cómo funciona la placenta.

Esta evaluación se suele realizar el mismo día de la ecografía del primer trimestre, lo que nos permitirá tener el resultado en el mismo momento y asesorar a la paciente de forma individualizada.

¿Que nos dicen los resultados?

El cribado nos dará un número que nos indica si esa paciente tiene un riesgo alto o bajo de desarrollar una preeclampsia. Con este sistema podemos detectar alrededor del 85-90% de las pacientes que desarrollaran una preeclampsia, especialmente los tipos de preeclampsia más graves que se presentan antes de las 37 semanas de gestación.

¿Qué quiere decir alto riesgo?

El término es una expresión estadística que trasladado al lenguaje coloquial resulta un poco alarmista. Lo que quiere decir es que existe más riesgo de desarrollar una enfermedad comparado con el resto de las mujeres de riesgo bajo. En el caso del cribado de preeclampsia, es 10 veces mayor, es decir pasamos de un riesgo de 1% al 10%, y por tanto es importante trasmitir a la mama que a pesar de ser de mayor riesgo que el resto de mujeres, en el 90% de los casos no desarrollará ninguna complicación.

¿Por qué es importante detectar este riesgo de preeclampsia en el primer trimestre?

Es importante porque si lo detectamos pronto, cuando la placenta se está formando podemos actuar para mejorar este proceso. Así, actualmente disponemos de un tratamiento preventivo altamente eficaz para evitar el desarrollo de la enfermedad, lo que nos permite disminuir los riesgos para la madre y del feto.

Por tanto, en las pacientes con cribado positivo, aunque lo más probable es que no haya ningún problema, las consecuencias de la enfermedad si se desarrolla son importantes, y por ello, se recomendará a las pacientes con un riesgo alto que inicien un tratamiento preventivo con aspirina a bajas dosis antes de las 16 semanas.

El tratamiento es seguro para madre y bebé, y especialmente efectivo para prevenir las formas más precoces de preeclampsia, que son también las más graves. Concretamente, la aspirina puede evitar hasta el 62% de los casos de preeclampsia antes de las 37 semanas, y hasta el 80% de los casos que aparecen antes de las 34 semanas. Por tanto pasaremos de un 10% inicial de riesgo a un riesgo inferior al 5%.

¿Por qué todas las embarazadas deberían hacerlo?

Cada mujer y cada embarazo son únicos. Por ello, debemos asegurarnos de que el seguimiento del embarazo sea apto y adecuado a las necesidades individuales de cada paciente.

Realizar el cribado de preeclampsia en primer trimestre tiene beneficios potenciales muy importantes. En primer lugar, podremos hacer una evaluación de los riesgos y necesidades de seguimiento personales de cada embarazada. Así, decidiremos la frecuencia y tipo de controles indicados en cada caso. Por otra parte, podremos dar a nuestra paciente información más concreta sobre su embarazo y ayudarla a identificar los signos que precisen de una valoración médica.

¿Qué ventajas aporta al feto esta prueba?

En el caso del bebé, la predicción del riesgo y el tratamiento preventivo con aspirina presentan también beneficios muy importantes.

Como decíamos, en la preeclampsia se produce una alteración en el funcionamiento de la placenta, un órgano que es clave para el desarrollo y crecimiento del bebé. Una placenta con una función insuficiente puede conllevar un retraso del crecimiento fetal o un mayor riesgo de desprendimiento de la placenta, entre otras complicaciones, lo que puede suponer un riesgo inminente para la salud del bebé. Además, estas situaciones pueden ser causa de prematuridad, que es uno de los principales riesgos sobreañadidos de la preeclampsia precoz.

Al realizar el cribado de preeclampsia en primer trimestre y dar el tratamiento preventivo podremos evitar o retrasar la aparición de muchas de estas complicaciones, con beneficios muy importantes para la salud del recién nacido.

Lo más importante es conocerla y saber de qué se trata. Detectarla de forma precoz, si aparece, es clave, debiendo de pedir ayuda profesional lo antes posible. Hablar de los sentimientos con personas cercanas y pedir ayuda, para poder disponer tiempo para una misma o para descansar. Mantener el contacto y pasar tiempo con familiares y amigos, no aislarse. Además de salir al aire libre a diario, hacer ejercicio físico. En definitiva, todo lo que nos gusta y nos da bienestar.

Por Cristina Trilla, Especialista en medicina materno-fetal. Programa de Cribado Prenatal, Servicio de Ginecología y Obstetricia, Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, Barcelona.

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