Semana 35
de embarazo
Cambios fetales: Pulmones maduros
¿CUÁNTO MIDE Y PESA EL FETO? Las medidas del feto están sobre los 46 cm de la cabeza a los pies y el peso se encuentra sobre 2.500 gramos.
En este periodo la piel del feto se va alisando ya que se empieza a depositar la grasa y el lanugo empieza a caer lentamente.
En estas semanas de gestación la prematuridad se considera leve, de modo que si el parto se desencadena generalmente se deja evolucionar. Si se decidiera frenar, se puede administrar puntualmente algún tocolítico oral con el objetivo de reducir la dinámica uterina, pero no suele recetarse un tratamiento pautado y reglado como se haría a otra edad gestacional más precoz.
A partir de la semana 35, en el caso que exista riesgo de parto prematuro, ya no se administra medicación para madurar los pulmones (los corticoides), ya que se asume que el pulmón fetal es lo suficientemente maduro como para poder respirar por sí solo en caso de nacer. A pesar de ello, aún es posible que si un bebé nace a las 35 semanas presente cierta dificultad respiratoria (hasta en un 11% de los casos) que suele ser leve y corregirse generalmente con soporte de oxígeno las primeras horas o días.
En las últimas semanas de la gestación, la madre pasa al feto inmunidad temporal contra enfermedades propias de la infancia, por lo que el recién nacido estará protegido hasta la administración de las primeras vacunas. Es importante recordar que es muy recomendable la vacunación contra la gripe a lo largo de toda la gestación, pero sobre todo si el tercer trimestre y el parto coinciden con la época de invierno (de octubre a mayo). Asimismo, también está recomendada la vacunación contra la tos ferina (conjuntamente con la vacuna del tétanos: dTpa) a todas las gestantes. La vacuna de la tos ferina se administra preferentemente entre las 27 y 36 semanas, independientemente del tiempo transcurrido desde la última dosis de tétanos ya que la vacunación protege al recién nacido de la tos ferina, infección respiratoria que puede ser potencialmente grave en los primeros meses de vida.
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semana 35 de embarazo
Cambios en la madre
El feto en la pelvis materna
A estas alturas, se puede notar una “sensación de peso” en la zona de la pelvis ya que el feto se empieza a acomodar en ella, hecho que puede provocar molestias y calambres a nivel de la vagina. Esta misma presión, también se ejerce sobre la vejiga, por lo que es posible que aumente la frecuencia con la que la gestante va a orinar. Es una sensación muy similar a la que la gestante experimentó en las primeras semanas de gestación. En el abdomen también es frecuente ver como sobresale el ombligo por el aumento progresivo de la barriga.
Es normal que aparezcan las contracciones de Braxton Hicks, en las que el abdomen se pone duro de forma irregular y no suelen ser dolorosas. También se acentúan síntomas digestivos como acidez o ardor de estómago.
Es muy importante evitar estar en decúbito supino (es decir, estirada mirando hacia arriba) durante períodos de tiempo largos, ya que favorece la compresión vascular de la vena cava que tiene como consecuencia que la embarazada esté hipotensa y tenga sensación de mareo. Lo ideal es procurar descansar de lado (decúbito lateral), lo que mejora el intercambio de oxígeno entre la madre y el bebé.
En las mujeres portadoras del germen Streptococo agalactiae se administrará antibiótico durante el parto para evitar el paso de la bacteria al recién nacido.
Control del embarazo
Pruebas diagnósticas: Streptococo y analítica del tercer trimestre
Entre la semana 35 y 37 se realiza a todas las embarazadas un cultivo vaginal. Consiste en la toma de una muestra con una torunda en la vagina y el ano para descartar la presencia del germen Streptococo agalactiae. Esta bacteria puede formar parte de la flora vaginal en la mujer y no causa ningún tipo de infección ni síntoma, pero si está presente en el momento del parto puede provocar en el recién nacido una infección generalizada (sepsis) potencialmente grave. En las mujeres portadoras del germen se administrará antibiótico durante el parto para evitar el paso de la bacteria al recién nacido. En algunas ocasiones se adelanta la determinación de este cultivo, por ejemplo, cuando se prevee que el parto puede adelantarse.
Entre las 33 y las 37 semanas también es el momento de realizar la analítica de tercer trimestre, donde vuelve a realizarse un hemograma para valorar la anemia, se repite la serología de toxoplasma en el caso de que fuera negativa en el primer y segundo trimestre y las pruebas de coagulación para poder administrar analgesia peridural si la gestante lo desea. Sería recomendable determinar igualmente la serología del virus VIH, ya que en caso de paciente infectada sería muy importante iniciar lo antes posible medicación antiretroviral contra el virus para evitar al máximo el paso al recién nacido y así su posible infección.