Se observa por primera vez cómo se forman las conexiones neuronales de los fetos
El cerebro humano tarda años en terminar de madurar. El inicio de este proceso ocurre en la etapa prenatal, cuando el bebé es todavía un embrión, y es esencial para un correcta formación de las redes neuronales del bebé. Para poder descartar posibles anomalías, resulta de vital importancia saber cómo se van conectando las diferentes partes del cerebro del feto a medida que se van cableando en el útero. Y eso es precisamente lo que por primera vez han podido ver investigadores estadounidenses escaneando los vientres de varias mujeres embarazadas a través de una resonancia magnética. Una técnica inocua que abre las puertas a futuros estudios para determinar qué patrones pueden dar lugar a un desarrollo anormal en el cerebro.
Una técnica pioera para detectar anomalías cerebrales
“Esta técnica ayudará a detectar factores que influyen en el desarrollo temprano del cerebro y pueden tener relación con ciertos trastornos. Con esta información podemos tener la oportunidad de encontrar un tratamiento y quizá prevenirlos”, afirmaba hace unas semanas a la agencia de noticias SINC la autora principal del estudio, Moriah E. Thomason, de la Universidad del Estado de Wayne (EE. UU.). La investigadora se refiere a trastornos como el retraso mental, el autismo o la epilepsia, que se manifiestan a lo largo de la vida de una persona, y que podrían tener su origen en conexiones fallidas durante el desarrollo del cerebro en el útero materno.
Inocuo para madres y bebés
En colaboración con científicos del Instituto Nacional de Salud Infantil y desarrollo Humano de EE. UU., Thomason ha utilizado técnicas de imagen por resonancia magnética funcional (fMRI) en mujeres embarazadas de 24 a 39 semanas. Gracias a este escáner han podido observar, en tiempo real, la comunicación entre los hemisferios y entre áreas de una misma región, “sin amenazar la salud de la madre ni del niño”, asegura la científica.
Distintas conexiones según la edad
Los resultados del estudio, publicado en Science Translational Medicine, muestran que las conexiones varían en función de la edad del feto, de manera que se hacen cada vez más fuertes y se producen entre zonas más distantes según se acerca la fecha del parto.
Una vez que el patrón de formación de las redes neuronales esté bien definido, el equipo de Thomason quiere seguir trabajando para detectar factores que puedan interferir en el desarrollo dando lugar a problemas. Con este objetivo, los investigadores ya están haciendo un seguimiento de los niños tras el parto.
Fuente: Science Translational Medicine
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