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Beber alcohol en el embarazo, aunque sea poco, puede afectar el intelecto del niño

Beber una sola copa de vino durante el embarazo puede afectar la inteligencia del bebé. A esa conclusión llegaron investigadores de las universidades de Oxford and Bristol tras estudiar el coeficiente intelectual (IQ) de 4.000 niños, y también, registrar información sobre la ingesta de alcohol de sus madres durante el embarazo.

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Una sola copa de vino puede perjudicar al niño

Los científicos encontraron que tomar entre una y seis unidades de alcohol durante el embarazo, lo que se considera como un consumo moderado, afectaba directamente el IQ de sus hijo. El estudio, publicado en la revista Plos One, encontró cuatro variantes genéticas que metabolizan el alcohol en los niños cuando las madres beben y que están fuertemente relacionadas con un menor coeficiente intelectual que, dicen, se refleja a los ocho años.

Como dato medio, los niños de madres que habían bebido pequeñas cantidades de vino, tenían un coeficiente intelectual de casi dos puntos menos en comparación con aquellos cuyas madres se mantuvieron abstemias.

"Cuando una persona bebe alcohol, el etanol se convierte en acetaldehído gracias a la acción de un grupo de enzimas. En los denominados 'metabolizadores lentos', los niveles máximos de alcohol pueden ser más altos y persisten durante más tiempo que en los 'metabolizadores rápidos', ya que se cree que metabolizar rápidamente el etanol protege frente al desarrollo anómalo del cerebro en los bebés, pues llega menos alcohol al feto", expone el estudio.

Ni mucho, ni poco, nada de alcohol

Esto corrobora la recomendación general de los médicos que señalan que no se debe beber alcohol durante el periodo de gestación. Sin embargo, hasta ahora todavía había confusión sobre si pequeñas cantidades o niveles muy bajos de alcohol también eran un factor de riesgo en el embarazo.

"Anteriores estudios habían revelado datos contradictorios e inconsistentes sobre los efectos de la ingesta moderada de alcohol en el coeficiente intelectual del niño. Esto se debe especialmente a que es muy difícil separar los efectos del alcohol de la de otros aspectos del estilo de vida de la madre, como el tabaquismo, la dieta, el nivel socioeconómico o la edad materna", comenta la doctora Sarah Lewis, autora principal del estudio.

La conclusión, pues, es clara: si el embarazo dura nueve meses, lo más seguro para el niño es no beber alcohol en esa temporada.

Fuente: Universidad de Oxford

 

 

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