Retraso del crecimiento fetal
El retraso de crecimiento se produce cuando el crecimiento del feto está por debajo de lo que le correspondería por las semanas de gestación. Esto ocurre habitualmente a partir del tercer trimestre, aunque en los casos más severos puede detectarse a partir de las 24 semanas.
Hay que tener en cuenta que en algunos casos este hecho no traduce ninguna patología; simplemente son fetos constitucionalmente más pequeños. En cambio, existen otros casos en los que sí existe algún problema que impide crecer al feto correctamente y puede llegar a ser una situación grave para el bebé. Algunos factores de riesgo para que el bebé crezca a un ritmo menor al habitual son de origen materno como desnutrición, enfermedades crónicas, hipertensión arterial o consumo de drogas, alcohol o tabaco. También existen problemas relacionados con la placenta o con el embarazo como pueden ser un flujo placentario inapropiado, infecciones placentarias, anomalías cromosómicas o malformaciones congénitas. En edades maternas por debajo de los 17 años o por encima de los 35 años existe un mayor riesgo de retraso de crecimiento.
En los casos en los que se detecta este problema, el médico de referencia establecerá unos controles estrictos del embarazo con un control ecográfico más frecuente, controlando también tanto la circulación del bebé como la de la madre.
En los casos más severos, puede ser una causa de finalización prematura del embarazo.
Incompatibilidad Rh, ¿qué es?
El factor Rh es una proteína que puede estar presente en los glóbulos rojos de la madre (Rh positivo) o estar ausente (Rh negativo).
Durante el embarazo, puede existir el paso de glóbulos rojos del feto a la sangre de la madre. Si la madre es Rh negativo y el bebé es positivo, la madre puede crear anticuerpos contra los glóbulos rojos del bebé (conocido como isoinmunización). Estos anticuerpos antiRh pueden pasar a través de la placenta hacia el feto y destruir sus glóbulos rojos provocando anemia en el feto.
Dado que la formación de este tipo de anticuerpos suele llevar tiempo, en el primer embarazo en el que esto ocurre, no suele haber afectación del bebé. Sin embargo todos los siguientes embarazos con fetos Rh negativos pueden resultar afectos.
La incompatibilidad Rh se presenta solo cuando la mujer es Rh negativo y el bebé es Rh positivo; a nivel práctico, se recomienda en toda mujer embarazada Rh negativo la administración de inmunoglobulina antiD sobre las 28 semanas y tras el parto, y en situaciones especiales como tras una prueba invasiva (amniocentesis, biopsia corial, fetoscopia) o tras un aborto.
Colestasis gravídica, ¿qué es?
La colestasis del embarazo es el trastorno más común del hígado durante la gestación, cuyo principal síntoma es el picor, que suele iniciarse en las palmas de manos y pies y que puede extenderse al resto del cuerpo; no suele dar lesiones en la piel a excepción de las que se producen por rascado.
En caso de diagnosticarse esta enfermedad, se realizarán controles analíticos periódicos y es posible que el médico recomiende iniciar algún tratamiento para aliviar el picor y tratar de mejorar la función del hígado.
Incompetencia cervical, ¿qué es?
La incompetencia cervical es la incapacidad del cuello uterino para permanecer cerrado hasta el final del embarazo. Habitualmente el cuello uterino se va preparando durante el tercer trimestre para el momento del trabajo de parto. Sin embargo, en mujeres con este problema, el cuello del útero se abre antes de tiempo de forma asintomática (sin contracciones) durante el segundo trimestre, dando lugar a un aborto espontaneo o a un parto prematuro.
Existen factores de riesgo como procedimientos quirúrgicos sobre el cuello del útero, malformaciones uterinas, parto previo traumático, longitud cervical acortada o abortos de repetición en el segundo trimestre. En estas pacientes se recomienda una monitorización más exhaustiva sobre el cuello del útero y, en ocasiones, estará indicado realizar un cerclaje cervical que consiste en cerrar en cuello del útero con una sutura.